jueves, 20 de noviembre de 2008

el azar

Nos pasamos la vida intentando llenar de certidumbre el mañana. Planificamos con antelación para no errar. Queremos ser precabidos, queremos ser cautos, queremos controlar todo lo que nos depara el futuro. Creemos saber cómo hacerlo, y aconsejamos a la gente lo que debe hacer para conseguirlo. Creemos estar llenos de verdad, y rechazamos lo que no está escrito en nuestro dogma.

Sin embargo hay ocasiones en las que no podemos hacer nada. Es mejor ni intentarlo. Piensa en Dios, piensa en el destino o piensa en la teoría del caos. Piensa en lo que quieras, pero hay algo que te controla, que domina tus movimientos, con quien hablas, qué dices, dónde lo dices.

No hay cámaras ocultas, no hay detectives secretos con gabardina beige, no hay coartadas. No intentes comprenderlo, porque lo esencial se resiste a ser descubierto.

La vida te lleva por caminos inquietantes, improvisa contigo, y a veces dejarse llevar es la mejor opción.

2 comentarios:

Chems dijo...

Es la única opción Delf. Pero si cierras los ojos, y exprimes a fondo tu cerebro podremos hacer nuestro el azar, aunque sea por sólo un momento.

Como cuando unas vírgenes como nosotros, antes de quedarnos dormidos, tratábamos de pensar mucho en lo que queríamos soñar. Por momentos dominábamos el azar, hasta cerrar los ojos, de verdad.

Chems.

Anónimo dijo...

Yo me dejé llevar una vez y me cagué viva