sábado, 29 de noviembre de 2008

Miradura

Nunca se han visto. Solo se encuentran en los reflejos, en la inevitable guerra de los espejos. Ya nacieron sincronizados en un baile paralelo, y difícilmente podrían haber evitado su enfrentamiento. Cuando algo cae del cielo es seguido por ambos con un movimiento mimético hasta el suelo. Lo que uno pierde de vista por su izquierda es aquello que el otro ha comenzado a ver por la derecha hace unos segundos. Los dos buscan con sus pupilas los mismos espacios, los mismos objetos, y ninguno de ellos quiere observar nada que no esté siendo observado por el otro. Se baten en una lucha reiniciada con cada parpadeo simultáneo. Conviven equidistantes, con movimientos ágiles, sin detenerse ni en sueños. Pero para mi sorpresa, aquella tarde acabó llorando justamente el ojo que quedó abierto en el guiño. Un segundo antes, a un metro de la puerta, los dos quedaron observando fijamente el mismo punto. La cerradura dorada de tornillos oxidados tentó mi curiosidad. Ambos querían ver qué ocurría dentro de la habitación. Solo uno de ellos podía hacerlo. El otro quedaría derrotado tras mis párpados por un azar que no merece. Tras apoyar mi nariz sobre la base de la cerradura, ganó esta vez el ojo derecho. Fue éste el ojo que vio lo que ocurría al otro lado de la cerradura. A pesar de su victoria, aquella tarde derramó lágrimas sin cesar. El ojo izquierdo nunca llegó a comprender que su derrota lo había salvado de contemplar aquella tragedia.

7 comentarios:

Chems dijo...

El Pepito es Grillo cuando baja por José Lafita.

Chems.

irina boersma dijo...

PROFESIÓN DE FE

Sí,sí, por lastimado y jodido que uno esté, siempre puede uno encontrar contemporáneos en cualquier lugar del tiempo y compatriotas en cualquier lugar del mundo.
Y cada ve que eso ocurre, y mientras eso dura, uno tiene la suerte de sentir que es algo en la infinita soledad del universo: algo más que una ridícula mota de polvo, algo más que un fugaz momentito.

E.Galeano - el libro de los abrazos


leí esto hoy por la mañana y pensé en ti.
un abrazo - irina

Anónimo dijo...

aunque puedas resolver la ecuación, sabrás que la voluntad de la x es tener espíritu de incógnita.

jaipens

Anónimo dijo...

A mi también me ha pasado eso que dices de los ojos

Anónimo dijo...

k arte ijo ole oleeeeeee

Anónimo dijo...

Querido hombre lesbiano. La vida e sun camino duro y tortuoso, un valle sinuoso que atravesar a duras penas con la sola presencia de uno mismo. Viendo cómo escribes, estoy seguro de que podrás afrontarla con fuerza y dignidad. Ojalá la luz de los primeras y tímidas horas del sol te tiñan de amarillo el rostro (así debe ser la plenitud).

Asiram dijo...

Hola Delfín, ¿qué tal? Soy Marisa, no sé si te acuerdas de mi... Una de las compis de Sílvia en Mirallers :). Hace tiempo que me mandó el link de tu blog para echarle un vistazo a tus relatos, porque en la revista tenemos una sección de relatos cortos. Al principio no te dije nada, porque queríamos sacar sólo relatos de gente de la isla, pero ahora estamos empezando a sacar escritos de gente de fuera, relatos peninsulares jejej. Leyéndonos los tuyos, nos encantó éste de "Miradura", y quería pedirte permiso para publicarlo en el número de septiembre.
Un saludo y espero que todo te vaya bien.